jueves, 19 de agosto de 2010

Bodas y Adopción Gay: Obligar o Educar?

 Pues la verdad no me quería aventar tan rápido a escribir de esto, pero con lo que ha pasado esta semana en México, creo que no me queda de otra.
 Antes que nada, voy a aclarar que no tengo nada en contra de los gays; de hecho, tengo varios amigos gay que quiero mucho y son magníficas personas.
 Vayamos en órden: Primero, el "matrimonio" gay. ¿Por qué en comillas? ¿Me estoy burlando? Pues fíjense que no. El otro día escuché al senador PRDista que impulsó esta ley en el programa de Yuriria Sierra en Imágen decir que le discutían que no eso no se puede llamar "matrimonio" porque no. Obviamente, dicho PRDista se estaba burlando alegremente de esta gente. Bueno, pues la realidad es que se puede llamar cualquier cosa menos "matrimonio" por la simple raíz latina de la palabra: "mater" y "monium", que deriva de "munus". Ahora "mater" es "madre" y "munus" es "obligación de". Sumamos las manzanitas y nos queda "obligación de madre". Ergo, lingüísticamente hablando, el término no es aplicable para las parejas gay. 
 Obviamente, esto no es motivo para que no se casen; sería bastante estúpido basar un argumento en ello, particularmente porque el idioma es algo vivo y las palabras adquieren nuevos significados a cada rato (tema sumamente divertido que discutiré en otra ocasión.)
 A mi me parece que cada quién es libre de hacer lo que mejor le venga en gana, siempre y cuando no dañe a alguien más. En otras palabras, que hagan de su vida un papalote o, como dirían en Argentina, que hagan de su culo un jardín. Después de todo, los gays también tienen derecho a ser parte de una relación legalmente codependiente, enfermiza y con celos patológicos como base. Jajajajajaja... ok, si, eso es broma.
 Tristemente, la ley está escrita con las patas de atrás y llena de hoyos (pa variar y no perder la costumbre) y, mientras que reconoce el derecho a que se casen, no previó el hecho de que, por ejemplo, el cónyuge de un gay registrado en el IMSS no tiene derecho a atención médica ni a recibir pensiones. Así que, otra vez, la ilustre izquierda mexicana hizo las cosas a medias, al aventón y sin pensar.
 Lo único que queda claro en todo esto es que Macerdita Ebrard, en su esfuerzo por transformal al DF en un paraíso para gays (digo, en algún sitio tiene que encontrar noviecitos) se apresuró demasiado. Claro, en su defensa, de alguna manera tiene que intentar quitarse el título de lameculos del Peje para ganar la candidatura del PRD. Y ¿qué mejor manera que aplicando TODAS las medidas que el Peje frenó por su amistad con la Iglesia Católica?
¿Que el Peje frenó el aborto? Ah, pues ahorita yo lo hago legal.
¿Que frenó las bodas gay? ¡Ni madres! Después de todo, cuando salga de la presidencia y mande a la chingada a mi pantalla alcohólica, yo me voy a querer casar con mi noviecito santo u_u
¿No a la adopción gay? ¡Ja! Por mis huevos que yo voy a querer un "producto de nuestro amor".
 Esto puede que le abra cancha a Macerdita en el PRD pero, hablando pronto y mal, el 75% de los mexicanos que están en contra de las adopicones gay lo van a mandar a chingar a su madre en el 2012. Por mí, mejor...
 Ahora, mis amigos gay me van a disculpar bastantemente mucho cuando digo que, simple y llanamente, estoy en contra de las adopciones gays en México hoy en día, por varios motivos.
 El primero, francamente, ni siquiera tiene nada que ver con los gays, sino con la bola de orangutanes machistas y homofóbicos que habitan nuestro desmadrado país. Obviamente no me refiero a TODOS los habitantes ni a alguna clase social en particular, porque en todos lados cuecen habas; y no es que la gente sea mala... simplemente, mientras que un individuo puede ser alguien inteligente que entiende a razones,  la "gente" es una masa intolerante, miedosa, tarada mental y con tendencia a la violenca, además de borregos.
 A esta "gente" no se le puede obligar a aceptar y condonar algo que les ofende en los más profundo de su ser. Pónganse a pensar cuántas veces al día oyen alguna expresión que se originó en la "homofobia". Entre cuates, se llaman "puto" cada diez minutos; el famosísimo "beso pipo", en el cuál un cuate pesca desprevenido a otro y lo empuja hacia abajo mientras hace ruiditos besucones. Infantil, si, pero tan común como los chícharos en el arroz. A los niños se les enseña que hay que ser "hombrecitos" y, aunque ya no es tan extremo como antiguamente (tipo: "los hombres no lloran") a cualquier papá que vea a su hijo disfrazado de princesa o corriendo por casa con una Barbie, le dá un calambre triple. A menos, claro, que la Barbie esté encuerada y el niño le esté viendo las "chichis". Entonces si, "¡¡Eeeese's m'hijoooo!!"
 Que quede bien claro, yo no digo que esté bien o esté mal, y cada quién educa a sus hijos como mejor les parezca. Lo que estoy diciendo es que es un hecho y que, francamente, el tipo de educación que reciben la mayoría de los mexicanos no se presta para aceptar a los gays. Ahora, que les den un niño a una pareja gay... bueno, anathema marantha. Y lo que no entendió el gobierno del DF ni los Ministros es que, simple y llanamente, NO se le puede obligar a la gente a cambiar su modo de pensar, su modo de sentir y la educación que recibieron. Son ideas que prácticamente vienen en el código genético de los mexicanos. Vivimos en un país donde los hombres son hombres, las viejas son viejas y chingue a su madre el que opine lo contrario.
 ¿Está bien? Probablemente no. Pero es lo que es y, si se quiere cambiar, hay que empezar por educar a la gente. Yo no entiendo cómo es posible que en el DF tenemos derecho a odiar, criticar y ostracizar a alguien porque fuma, pero no tenemos derecho a objetar el que se ponga a un niño en la posición de pelear batallas que no son suyas. ESO está de la trompada. A lo que me refiero con esto es que, esos niños que adopten van a tener que pelear contra la homofobia, el miedo a lo diferente y el TERROR a la pedofilia que tienen los mexicanos.
 Antes de que salten gritando que LOS GAYS NO SON PEDÓFILOS, ya lo sé. Eso no significa que la idea no exista. Tampoco me empiecen a ehcar drama con los curas pedófilos, el padre Massiel, etcétera. No tiene nada que ver. Que una cosa esté mal no implica que otra esté bien.
 Si nos ponemos a pensar con lógica en el país que vivimos, la triste realidad es que no solamente se adelantaron al pasar esta ley, sino que ni si quiera se molestaron en pensar en lo que va a ser de esos niños; y, si lo pensaron, les valió madres. Se ponen a aullar que están mejor en un hogar de gays que en la calle (cosa con la que estoy de acuerdo) pero no mencionan lo que va a sentir ese chiquito cuando no lo inviten a las fiestas, o no dejen a sus amiguitos ir a su casa, o les digan a sus compañeros que no pueden jugar con ellos en recreo.
 La otra cosa que le pega a la población, y aquí si me incluyo, es que son los propios gays (con sus muy honrosas excepciones) los que provocan la homofobia. No sé si llegaron a ver la serie Will and Grace, pero yo divido a los gays en los Wills y los Jack McFarlands. Will es una persona normal que es gay; Jack McFarland es un pinche diva loca. Los Wills son los que no se notan; son personas discretas que no van por la vida gritando "¡Soy gay! ¡Pélenme!" ESOS son los Jack McFarlands. Son los que, cuando te los presentan, te dicen "Hola, soy gay." Es como si yo fuera por la vida diciendo "Hola, soy zurda." Digo, who the fuck cares?
 Y son los Jack McFarlands de este mundo los que, en lugar de educar y sensibilizar a la gente, los provocan. Si de por sí es desagradable ver a una pareja heterosexual merendándose la cara, la mayor parte de la gente considera ofensivo el ver a dos mujeres o dos hombres haciéndose una traqueotomía con la lengua. La gente SABE que hay gays, pero no les gusta verlo. ¿Hipócrita? Definitivamente. ¿Humano? También.
 Son los que gritan "¡¡¡¡DISCRIMINACIÓOOOOOON!!!!" a todo pulmón cuando alguien hace o dice algo que no les parece, tenga o no que ver con que sean gays. Son los que le llaman "homofóbico" e "ignorante" a la gente simplemente porque no están de acuerdo con ellos. Y son los que van a armar la de Troya si se les niega una adopción o se les niega la entrada a un colegio, tenga o no que ver con que sean gay. Son ELLOS, los Jack McFarlands de este mundo, los que están consiguiendo que una situación difícil se haga todavía más insostenible.
 Gracias a ellos, los gays tienen fama de "locas". Por ellos la gente piensa que los gays no son capaces de tener una relación estable, mucho menos educar a un niño. Son los que cambian de novio como de calzones, los que se dedican a tirarse todo lo que se mueva aunque estén en una relación y le llaman "perlla" a su pareja cuando les reclama que no llegaron a dormir. Son los que cometen los crímenes pasionales tan famosos en los ochentas y noventas. Son los que empezaron a tapar las calles con sus "Gay Parades" y llevaron el ojo público a su estilo de vida. La realidad es que a NADIE le importa que sean gays. Lo que le molesta a la gente es que la OBLIGUEN a verlo y, sobre todo, que la insulten porque no están de acuerdo.
 Y, finalmente, ELLOS son la otra razón por la cual estoy en contra de las adopciones gay. Un niño necesita normas, límites, reglas y estabilidad. La verdad es que el estilo de vida de estos Jacks no admite un niño; regresan del antro a las seis de la mañana (porque, claro, los antros gay en el DF no los cierran); se apasionan por una pareja y a las dos semanas se apasionan por el que sigue; no tienen el mínimo sentido de la discreción ni del respeto al prójimo y, cuando les dicen algo que no les parece, patean el suelo y gritan "¡Perlla!" "¡Ignorante!" "¡Homofóbico!", en lugar de utilizar argumentos bien pensados y respaldados para validar su punto. Que ahora se van a casar y eso ayuda a la estabilidad... me van a disculpar si no lo creo. La gente es como es y, de la misma manera que las parejas heterosexuales se están divorciando como si sus matrimonios fueran de kermesse, así van a terminar muchas parejas gay que se van a emocionar porque "ya pueden", van a salir corriendo al registro civil, de ahí al DIF y luego... ay güey, creo que ya la cagamos... perlla.
 Notarán que no he hablado realmente de las lesbianas y es por una muy simple razón: no conozco ninguna. Además, las lesbianas tienen la opción de ir a un banco de esperma e inseminarse artificialmente.
 Como siempre, se agradecen opiniones y comentarios. Los que me quieran insultar, siéntanse libres a ello pero "botellita de jerez".

martes, 17 de agosto de 2010

How can we free ourselves from imposed religious beliefs?

"I believe what I was raised to believe." Captain Jim Boyd, Anne's House of Dreams by L.M. Montgomery.


  How many people can say that nowadays? Offhand, I can count most of my family and friends. But why is that? Well, it's certainly easier than challenging the established tenets of our environment, whether it be family, friends or community. It is a rare person who has the courage to stand up and say "You know something? I don't buy that." Usually whoever does that is branded as crazy (best case scenario) or simply shunned and ostracized (worst case scenario).
  I'm one of the lucky ones; my family simply roll their eyes at me and call me crazy. Frankly, I don't care. I believe everyone is entitled to their own opinions and beliefs and, when I started doubting what I'd been taught, I decided to research. So I read everything I could get my hands on regarding my family's religion, which is Roman Catholicism. Well, I can tell you I did not have far to go to decide the hypocrisy of the clergy did not sit well with me. Furthermore, after seriously thinking about it, I decided I simply didn't believe their teachings. As you can imagine, the day I voiced this out loud all hell broke loose.

  My dad, who had encouraged my sisters and me to always take information apart, analyze it and decide for ourselves, was the most shocked of all. He never realized I would take this course with the beliefs of my forefathers. Fortunately my mom is more laid back and merely told me she didn't agree with my views. As for the rest of my relatives (great aunts and such) they flat out didn't believe me until I proved it.
  How did I do that, you ask? Little things: for example, although I wouldn't be caught dead going into Mass on a Sunday, when there is a funeral or a wedding or some such family event, I simply refrain from kneeling or praying. I stand up as is respctful of any religion and as I would do were I in any temple whether it be Protestant, Jewish, Islamic or Hindu. I voice my opinion but I don't try to convince anyone of my views (after all, that's one of the things I hate most about Christianity in general, Catholicism in particular) and listen respectfully when one of my great aunts (as they periodically do) takes another go at "saving my soul".
  The thing is, religion and spirituality are very personal. The religion you practice or the belief you hold is on a "need to know basis" and not everybody needs to know, especially if you're going to start World War III at your grandma's house. Case in point: my husbands grandmothers are both extremely religious. One of them even went so far as to ask me to "bring that heretic back in line" when we got married. I will tell you I was hard-pressed not to laugh but why would I want to hurt a sweet old lady and get my husband into a boiling pot of family problems? So I smiled and let her assume what she would.
  If you're having second thoughts about "what you were raised to believe", inform yourself. Read about the history of your present religion and find out what all sides have to say for themselves, then think it over, digest it, take the next obvious step and decide if it is for you or not.
  And, really, the way to go about it is: quietly. You might decide to tell your parents and you'll certainly have to let your husband/wife/partner know, particularly if you have or are planning to have children because that could turn into a big, fat issue if it isn't handled with the utmost honesty and respect for each other's beliefs, but as far as the rest of the world goes, it's none of their business.

lunes, 16 de agosto de 2010

Hola a tod@s

 Hola a todos. Esta es la primera vez que escribo en un blog, así que pensé que sería buena idea hacer una presentación tanto de mí como de mis ideas.
 Soy una persona que tiene una opinión casi de todo; a veces soy sumamente liberal y a veces soy capaz de hacer a Pedro el Grande parecer una blanca palomita que peleaba por los derechos humanos. Fumo como chimenea, chupé como aguamielera en mis buenas épocas (ya toy ruquita) digo lo que se me sale de las narices y qué.
 El nombre de este blog básicamente lo resume todo... me gusta llamarle a las cosas por su nombre, así que no esperen que sea políticamente correcta ni por error. También tiendo a ser bastante brusca con mis comentarios y no les pongo "florecitas" a mis opiniones. Por ejemplo, si le voy a llamar idiota a alguien, no digo que es "medio mensito" digo que es un idiota, y punto. Lo mismo con las demás "palabras altisonantes". Vamos, que si voy a escribir algo, lo voy a escribir con todas sus letras y no con asteriscos, que esto no es el siglo XIX.
 Me parece, por ejemplo, que la sociedad se ha vuelto demasiado permisiva. ¿A qué me refiero con esto? Pues al simple hecho de que todos están tan asustados de qué va pensar el vecino que no hacen nada cuando ven u oyen algo que les parece incorrecto. Si ven a una vieja bruja insultando al prójimo en una cena, por ejemplo, prefieren voltearse en lugar de ir y decirle que si va a estar en esa actitud mejor se vaya con sus panchos a otra parte. O cuando se cuela alguien en una fila, prefieren dejarse a "hacer una escena"; es justamente esa clase de actitud la que ha permitido que la delincuencia haga de su vida un papalote en México, que los nacos se estén apoderando de España y que los árabes estén "reconquistando" Europa. Mi mamá siempre dijo "lo cortés no quita lo valiente" y creo firmemente que se puede ser asertivo sin necesidad de insultar al prójimo, igual que creo firmemente que hay veces que el prójimo NECESITA que lo insulten y, a veces, que le acomoden dos cachetadas guajoloteras.
 Como aviso les digo que, si se ofenden fácilmente, tienen ideas religiosas muy apasionadas y no son capaces de ver sus propios puntos de vista objetivamente y en el contexto de una discusión intelectual - aunque muchas veces apasionada - tienes tanto derecho a no entrar como yo a decir lo que me dé la gana.
 Se agradecen todas las opiniones, siempre y cuando tengan nombre y apellido. Lo mismo si te enfurezco lo suficiente para insultarme... después de todo, las cosas de quien vienen.
 Bienvenidos.
 PD. A veces escribo en inglés... si no les parece, le pueden poner moñitos.